Es totalmente comprensible la frustración que sienten algunas mujeres al darse cuenta de que las uñas en gel que se hicieron ellas mismas empiezan a levantarse a los pocos días; en ese momento, es inevitable pensar en tirar la toalla y dar por perdido tanto el dinero, como el tiempo que se invirtió. Pero, antes de tomar una decisión tan drástica, vale la pena respirar hondo y hacer el intento por entender que los detalles técnicos que derivan en ese resultado pueden corregirse a través de algunos ajustes y herramientas como los que presentaremos en los próximos párrafos. ¿Por qué tus uñas de gel no llegan a la segunda semana? Preparación deficiente de la uña: si queda cutícula adherida, polvo o restos grasos, entonces el gel no conseguirá fijarse del todo; lo mismo pasa con los limados desiguales o demasiado agresivos. Humedad: desde un inicio, la adhesión se verá comprometida si se aplica el gel cuando la uña está hinchada por contacto previo con agua o en un ambiente muy húmedo, esto puede agravarse si las capas aplicadas son gruesas, ya que el gel polimeriza de forma desigual y deja zonas internas blandas que, al flexionarse con el uso, terminan desprendiéndose. Curado insuficiente: lámparas con poca potencia o tiempos de exposición cortos impiden que el secado se complete, factor que afecta la resistencia y acelera el desgaste, mucho más en los bordes. Combinación de productos incompatibles: Usar base, color y top coat de fórmulas distintas es algo que puede alterar la reacción química durante el curado. Se recomienda adquirir un kit completo para uñas de gel con productos diseñados para funcionar juntos. El paso inicial que lo define todo Antes de abrir el frasco de gel, dedica unos minutos a dejar la uña lista para recibirlo. Empieza retirando la cutícula con un empujador metálico y, si es necesario, corta con cuidado el exceso. A continuación, matiza utilizando una lima buffer de grano fino que te permita eliminar el brillo natural y crear una textura uniforme. Recuerda: el objetivo no es adelgazar la uña, sino ayudarla a que fije el gel. Lo siguiente es limpiar el polvo y la grasa con un pad sin pelusa y alcohol isopropílico, después de terminar, evita tocar la uña con los dedos. Una buena preparación depende, sí, de la técnica, pero también de las herramientas con las que se realice. Crême es un ejemplo de marca que prioriza la calidad en el diseño de sus kits para que tanto principiantes, como profesionales, sean capaces de realizar sus aplicaciones de manera rápida y eficiente. Ten esto en mente cuando selecciones un nuevo set. Capas finas, en orden Para que el producto polimerice por completo, es fundamental mantener el grosor bajo control: una capa muy generosa tarda más en curar y lo hace de manera irregular. ¿Cuál es la solución? Primero, extiende la base desde la cutícula hasta el borde libre, sella este último y coloca el color en dos o tres capas suaves, cuidando que la cobertura sea pareja. Finaliza con un top coat que selle el conjunto y proteja la manicura; en caso de que quede una capa pegajosa, retírala con un limpiador. Trabaja siempre con el mismo patrón de aplicación para no saltarte zonas; de igual manera, mantén la misma presión del pincel en todos los dedos. Esto ayuda a distribuir el gel y a que cada capa se asiente bien antes del curado. Respeta los tiempos de curado según tu lámpara UV/LED Cada lámpara tiene su propia potencia y, por lo tanto, su tiempo ideal de curado. Aunque pueda parecer que “todas son iguales”, la intensidad de luz y el tipo de bombillas influyen en cómo se endurece el gel, así que ve las especificaciones del fabricante de tu lámpara y del gel que uses; algunos requieren 60 segundos por capa, mientras que otros necesitan hasta 120. El curado, además, debe hacerse capa por capa y la uña tiene que estar bajo la luz. Punto final, pero importante: el mantenimiento. Quita el polvo o los restos de producto del aparato para que no interfieran con la intensidad de luz. ¡Anímate a poner a prueba estos tips! La manicura en gel hecha en casa es tal y como la pintan: sencilla y práctica; solamente se debe prestar atención a ciertas etapas del procedimiento para perfeccionar la aplicación. Con la práctica, podrás afinar tu técnica hasta que tus resultados queden libres de levantamientos y con un acabado brillante que se mantenga por semanas.