ENTREVISTA | Julio López, anatomía de fragmentos mínimos

La suerte de tener una mirada analítica a la que no le falta ni una pizca de emoción

Rita Gironès, colaboradora La Voz de Michoacán

¿Por qué escogemos una película y no otra? ¿Qué convierte en favorita una historia que siempre se nos presenta fragmentada? ¿Cómo podríamos resumir el embrollo de nuestra vida en 4 cintas? La apreciación cinematográfica de Julio López nos podría ayudar. El periodista y crítico de cine estudia a detalle la escena cinematográfica nacional e internacional, presenta películas y cubre festivales como pez en el agua. Su bagaje periodístico asoma en su predilección por el documental: lo social, lo político, lo económico, que comunican, al fin y al cabo, historias de lucha y resistencia. Su trabajo requiere de análisis profundo, pero sobretodo de una gran pasión por las historias que se cuentan. Por quién las cuenta y cómo las cuenta. No sólo es hablar de cine, es hacerlo con rigor, más allá de la industria comercial y su recaudación. Es hacerse un buen cuestionador. Y también hablar del otro cine y de las nuevas formas de construir ficciones. ¿Y qué se considera buen cine? Sea lo que sea, Julio abre interrogantes a poder discutir -con fundamento-, sobre relevancias, vigencias y narrativas varias. La suerte de tener una mirada analítica a la que no le falta ni una pizca de emoción.

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¿Qué querías ser de niño?

A mí me gustaba el futbol. Y también una de mis aficiones desde siempre ha sido el ciclismo… Así que, probablemente, me hubiera gustado ser ciclista profesional. ¡Hubiera sido una buena profesión!

¿Qué quieres ser ahora?

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Ya de grande y con el panorama un poco más amplio -llevo una carrera de periodista de 18 años-, estoy metido en el mundo del cine. Digamos que el paso siguiente es estudiar guionismo para empezar a dirigir. El camino está apuntando hacia eso, a la dirección de proyectos audiovisuales.

Principal rasgo de tu carácter.

Tengo una dualidad muy marcada. Puedo ser una persona muy sensible, pero tengo un carácter muy duro cuando necesita salir. Tengo gran sensibilidad para muchas cosas, pero cuando algo no me gusta, no me parece o no estoy de acuerdo, lo expreso y, si es necesario, alzar la voz. No pelear, sólo defender ideales.

¿De qué sirve el arte en un mundo tan caótico?

A mí el arte me cambió la vida. No hace mucho se murió un compañero y, a través de él, nos tocó ver cómo el arte transforma vidas. Como periodista me ha tocado muchas veces ver cómo una película o una obra de teatro ha cambiado una vida. Como público también, verme reflejado en aquello que estás viendo, escuchando, te mueve cosas. Entonces creo que el arte es lo que nos puede salvar de este mundo tan caótico, incluso sacar de estas realidades tan duras de vivir. Yo mismo me he visto tocado por la cultura. La primera vez que viajé a Europa fui a Madrid y me di el tiempo de visitar el Museo del Prado. Ya a los 16 pude ver una exposición de las pinturas oscuras de Goya, pero no estaba la obra “Saturno devorando a su hijo”. En Madrid la encontré. Estaba lejos de México viendo esta obra de arte frente a mí y recordé la promesa que hice un día de verla y se cumplió. Una pintura, un libro, el arte en general, sí sirve, te cambia radicalmente la forma de ver, de escuchar, de sentir. Y México es un país muy rico en ese sentido.

El arte, ¿tiene más de poético o de político?

Para mí, hay un arte que tiene esa función maravillosa de disfrutarse y de no tener un trasfondo más allá. Pero hay otro tipo de arte que te invita a la reflexión. Creo que como periodista -y hablando de cine sobretodo-, como artista y como persona de este mundo es necesario tener una postura ante las cosas. Si algo ves que está mal y no haces nada, también eres parte de esa responsabilidad de que las cosas no cambien. Me ha tocado hablar a partir del cine de problemas brutales como la delincuencia organizada, de políticos corruptos, de narcotráfico… Yo estoy hablando de cine, pero puedo meter cifras. Desde ahí, tienes la responsabilidad de tomar una postura con respecto a lo que tú viste o sentiste.

¿Con qué personaje histórico te sentarías a platicar y de qué hablarían?

Fíjate que, si tuviera esa posibilidad, no pensaría en un personaje histórico. ¡Pensaría tal vez en mi abuelo! Ahora ya siendo una persona adulta, me gustaría poder platicar cosas con él. Éramos muy unidos, pero justo se sentía esa forma de querer diferente, con cierta lejanía. Me hacía sentir cercano, pero a la vez compartimos poco de la vida, del amor, de las decisiones… Hay cosas que nunca se hablaron, y aunque se sentía el amor, nunca tuvimos una conversación profunda.

¿Qué cualidades admiras más en las personas? ¿Y qué detestas en los demás?

Creo que a nadie le gustan las personas doble cara, la intriga, la hipocresía, los chismes… terminan jodiendo al mundo. Y también algo que está muy presente en todos nosotros: la apatía. Y me gusta todo lo contrario: la sinceridad, el arrojo, ¡la espontaneidad me encanta! Dejarse sorprender... 

¿Crees en el destino?

Sí, tengo esa sensación de presentir cosas, como una sensación premonitoria…  Del destino me gusta creer que lo vas forjando a la medida que avanzas y con lo que vas aprendiendo y con los tropezones que también te vas dando. Y como esas tragedias griegas, ¿verdad? Hasta esos pequeños tropiezos te llevan al lugar donde estás. Si el destino es eso, bienvenido sea...

¿Qué películas te gusta ver en tus ratos libres?

Es difícil separar la parte profesional de la parte como espectador. Ya no es tan fácil. Cuando ya no quiero trabajar, pongo las películas que no me hacen pensar, películas para divertirme. Pero un equilibrio entre lo profesional y el gusto personal sería el cine francés. Disfruto mucho el tour de cine francés y llega pronto. Y después, lo que más me gusta es el cine documental de todas partes del mundo, puedes encontrar unas historias… Hay un eslogan que usó el Festival de Cine Documental Ambulante que dice: “Cuando la realidad supera la ficción, es momento de hacer documental.” Y en México eso sucede a cada rato en todos los sentidos.

¿Qué es para ti la Cultura?

La Cultura es aprender a ver de una forma diferente, aprender a escuchar y aprender a sentir de una forma diferente; aprender a relacionarte con otras personas de una manera más profunda; aprender a tener un poco más de sensibilidad y empatía hacia los demás, hacia lo desconocido, hacia la otredad. La Cultura para mí es respeto, es trabajo, ¡arduo trabajo! Es amor y es pasión por lo que haces porque muchos de los que hacen Cultura, definitivamente, se las ven muy duras para poder vivir. Para mí todo eso es la Cultura.

Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022.

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