Rita Gironès, colaboradora La Voz de Michoacán Una de las mayores ventajas del oficio actoral es que no es rutinario en absoluto. La tarea que se suscita en el camino de los matices, en la compostura emocional o en la construcción de un nivel más elevado de consciencia (que no permite el juicio sobre el comportamiento del otro), hacen que la actuación sea un reto constante, íntimo, pero transferible. La generosidad dramática se mide en su capacidad de entrega de lo intangible. Nacho lo supo cuando estudiaba Ciencias de la Comunicación y lo invitaron a participar en una pastorela como diablo. Al final, la obra no se presentó, pero durante los ensayos quedó cautivado por el trabajo escénico. Era una comunicación a un nivel más profundo, trascendiendo lo verbal y lo no verbal; lo que se dice y lo que se guarda; las palabras y los silencios que manifiestan el doble. Confiesa que, al principio, el teatro le resultó terapéutico, que lo ayudó en temas de dislexia, de dislalia, de ciertas inseguridades en la falta de concientización del yo en todos los sentidos, pero que tomó el riesgo y ahora, después de años de crecimiento personal y actoral, lo resume con una simpleza apabullante y existencial: “Perdí la pena de mí mismo”. Su talento estriba en el difícil arte de retratar a la humanidad. ¿Qué querías ser de niño? Es curioso, yo quería ser muchas cosas ¡como actualmente! El hecho de ser el menor de 13, me daba un plano de admirar y querer hacer lo que hacían muchos de mis hermanos y hermanas. Incluso padre de familia (Risas) porque me encantaba jugar con monitos. Somos una familia muy grande y la casa ha sido siempre muy transitada y eso ha sido una gran influencia en mi desarrollo. La inquietud artística me viene de mi mamá y de mi papá. Ella cantaba todo el tiempo en la casa y mi papá estaba muy ligado a los temas de literatura. Fue actor en algún momento, pero se dedicó más de lleno a la docencia y a la cátedra, aunque siempre lo apasionaron el teatro y los grandes dramaturgos. Después, ya en la primaria de la escuela salesiana, yo participaba en coros y en cualquier performance que se presentara. ¿Qué quieres ser ahora? ¡Muchas cosas! Aunque ya no rindo igual (Risas). Trato de canalizar los proyectos y ser más cuidadoso, ahora busco tiempo de calidad, priorizo más. Administro mi energía y soy más selectivo para sentirme bien conmigo mismo. El equilibrio de cumplirse a uno mismo y cumplirle a los demás. Principal rasgo de tu carácter. Soy una persona sensible, creativa. Soy nostálgico y al mismo tiempo muy temperamental, con esas partes apasionadas, sensibles y volubles a la vez. Muy observador, muy proactivo, partícipe, ¡muy amiguero! Me considero una persona familiar, pero también soy un ermitaño: me gusta cocinar para mí o trabajar en soledad. ¿En qué punto de intersección se encuentran vida y teatro? ¿Sirve el arte en un mundo tan caótico como el que vivimos? Pues teatro lo hacemos todos. Yo creo que si hay algo que vale la pena en la vida es tomar acciones y, a fin de cuentas, el drama es acción. Realmente quien es consciente, participa y se compromete a algo en esta vida está haciendo drama, está haciendo “acción”. Y hay quien lo tratamos de profesionalizar mostrando nuestro trabajo al mundo y dando vida a personajes para, al fin y al cabo, vernos representados. ¿Qué importancia le das a las palabras? ¿Y al silencio? Decretamos tantas cosas por medio de las palabras… Sí, la palabra decreta. Y los silencios, al mismo tiempo, son las pausas para decretar todas las acciones entre ellos y las palabras. Yo creo que en los silencios radica la autoobservación y observación necesarias de todo lo que nos sucede. Una persona que sabe respirar, de entrada. Y una persona que respeta los silencios es alguien que entiende la capacidad de tomar en cuenta lo que le acontece. ¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres? Me gusta muchísimo estar con “Pizca”, mi mascota. Una hembrita que adopté en un momento donde quise buscar la compañía en esta soltería que tengo, en esta libertad. Tuve la decisión muy acertada de dejarme acompañar por una mascota. Ha sido muy interesante observarla y convivir con ella, porque me hace valorar muchas cosas. El desprendimiento que tienen y la incondicionalidad -en particular los perros- de quererte, de aceptarte. La disposición de estos animales con su sola mirada… Uno aprende a querer más a la vida y a las personas. Y después me gusta mucho leer, incluso escuchar lecturas en audiolibro. ¿Cocinas normalmente? ¿Tienes buena sazón? Sí, me gusta lo que hago. Hasta cuando me equivoco ¡me hecho porras! (Risas) Yo mismo me digo: “Ese pan quedó apelmazado, pero qué rico!” ¿Qué cualidad admiras de las personas? ¿Qué detestas de la gente? Lo que yo admiro y al mismo tiempo detesto es la honestidad. También admiro la sensibilidad en las personas porque eso permite saber empatizar con los demás. Si te pudieras sentar a platicar con algún personaje histórico, ¿con quién sería y de qué platicarían? De los contemporáneos te diría que con Luis Eduardo Aute. Lo admiro muchísimo y ya desde la primera vez que lo escuché. Recuerdo que quería saber quién hizo ese tema de Rosas en el Mar… Luego en un cumpleaños me regalaron su producción de Templo. Y desde ahí compré sus discos posteriores, ¡qué discurso tan interesante! ¡qué forma de poetizar! El erotismo, la espiritualidad, … de confrontarla y hacerla una burla seria. Un disfrute complejo y al mismo tiempo divertido. También con Jesucristo. Él fue un parte aguas en la historia, lo admiro y hablo con Él. Me gustaría mucho ahondar en su parte humana y noble. ¿De qué te sientes orgulloso? De muchas cosas. Principalmente de ser consecuencia de unos padres admirablemente humanos. ¿De qué te arrepientes? Quizás de no haber ahondado más, en algún momento, en temas importantes con mi papá. Hubo un desprendimiento bueno, muy bueno, pero me hubiera gustado abordar temas pendientes con él. Quizás no me arrepiento, sino que me quedé un poco frustrado en ese sentido. Sin embargo, agradecido en la forma en que viví los últimos años con mi papá… Eso fue muy importante, pero no me fue suficiente. ¿Qué es para ti la Cultura, Nacho? La Cultura es un diálogo. Cuando dialogamos realmente estamos interactuando, estamos observando, escuchando, nutriéndonos. Yo creo que comer es un diálogo. La Cultura, por el hecho de estar viva y ser cambiante, no dejamos de aprender. Es información y es reflexión. Y sobre todo aquello que te ofrece el arte como una herramienta esencial, poder crecer como ser humano. Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022. facebook: Rita Gironès instagram: ritagirones