Gestoras y Gestores culturales: Encargados de organizar y generar el conocimiento

Gestión cultural como encargo social y ocupación laboral, como profesión y como campo académico interesado en la organización y generación del conocimiento

Gabriela Anguiano Zamudio, colaboradora La Voz de Michoacán

Bienvenidas y bienvenidos de nueva cuenta a esta colaboración, en donde a partir del ser, la experiencia, los aprendizajes y el conocimiento adquirido de la gestora cultural que acá les escribe, compartiremos diversos temas en torno a la Gestión Cultural. 

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En la colaboración anterior abordamos un poco sobre ¿qué es la gestión cultural? mencionando que la práctica antecede por mucho al concepto, y que aún cuando existen muchas definiciones propuestas por varios autores, aún no hay un consenso en cuanto a su definición, esto debido a que es un campo disciplinar nuevo que aún está en construcción. Lo que nos permite entonces identificar, cuál de las muchas aproximaciones que existen, es la que más se acerca a la acción cultural que realizamos como gestoras y gestores en el ámbito de la gestión cultural.

Las personas que hemos realizado un trabajo cultural hemos sido nombradas de distintas maneras dependiendo del contexto geográfico y político en donde nos ubicamos, es así que encontramos conceptos como el de agente cultural (la/el que hace), gestor cultural (la/el que genera), animador sociocultural (la/el que alienta), promotor cultural (agente interno de una cultura local), manager (proviene de países anglosajones), administradores culturales (diseñadores y ejecutores de las políticas culturales), formadores culturales (trabajo social con orientación en lo cultural), entre otros.

Olmos y Santillán en su libro El Gestor Cultural, amplían la definición de estos conceptos y además hacen una descripción detallada del perfil profesional del gestor cultural, así como rasgos y características de su trabajo. En las referencias bibliográficas podrán encontrar más información de esta fuente.

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De los conceptos presentados me interesaría hacer un especial énfasis en el término de promotor cultural por ser un concepto que surgió en México y que tiene sus orígenes en la política pública implementada en 1921 por quien fue el primer Secretario de Educación de nuestro país, José Vasconcelos, quien a través de los llamados en aquel entonces “misioneros culturales”, empezó a implementar un trabajo formativo relacionado a la cultura y las artes en los pueblos y comunidades de nuestro país, como una extensión del trabajo educativo.

Posteriormente, en 1983, surgió el Plan de Actividades Culturales de Apoyo a la Educación Primaria (PACAEP) el “modelo mexicano” que integra a los maestros rurales como promotores culturales, y se llevó a cabo la formación de trabajadores de la cultura a través de un “Programa de formación y capacitación de promotores culturales” que después de convirtió en el Sistema Nacional de Capacitación Cultural (Yáñez, 2018). 


José Antonio Mac Gregor en su libro Gestión Cultural Comunitaria, presenta un interesante capítulo donde nos narra, desde su punto de vista, cuál es la transición del promotor al gestor cultural en México, donde posiciona los “procesos formativos de carácter profesionalizante, especializados y, en algunos casos, académico-universitarios”.

El protagonismo de las gestoras y gestores culturales en México, que cada vez se ha ido incrementando, está relacionado al posicionamiento de las políticas neoliberales que iniciaron en la década de 1980, caracterizada entre otras cosas, por la disminución de la participación del estado y la privatización de instituciones, así como las constantes reducciones al presupuesto asignado a la cultura; lo que ha originado que la sociedad civil tenga una mayor participación en la resolución de las diversas problemáticas sociales, educativas y culturales.

En principio, la formación que recibíamos como gestoras y gestores culturales venía de las escuelas europeas, entre otras razones (y siendo una de ellas el idioma), debido a que en Barcelona se desarrollaron estrategias de internacionalización en la década de 1990, lo que la conviertieron en “una meca cultural exportadora de su modelo urbanístico y de gestión” (Yáñez, 2018); también se buscaron procesos formativos en Francia, Reino Unido y Estados Unidos.

Sin embargo, es importante no dejar de lado que las realidades de los países centrales identificados como el norte global, sostienen diferencias profundas con los países latinoamericanos, de ahí que la profesionalización, teoría y estudio de la gestión cultural en América Latina, se ha ido fortaleciendo de manera importante en las últimas décadas.

Mariscal identifica el proceso de formalización de la gestión cultural y los gestores culturales en América Latina en tres aspectos: como encargo social y ocupación laboral, como profesión y como campo académico interesado en la organización y generación del conocimiento. ¿En cuál de estos se encuentran ustedes?

Para concluir me gustaría mencionar la realización de eventos importantes que se han realizado en el ámbito de la gestión cultural en diferentes países de latinoamérica, el más reciente es el 3er Congreso Latinoamericano en Gestión Cultural realizado en Guadalajara, México; donde pudimos observar que el nivel de diálogo, organización, reconocimiento de los saberes ancentrales y la generación del conocimiento en el campo académico a nivel latinoamérica se fortalece de manera importante. Considero relevante acercarnos y participar de estos espacios.

Y bien, a propósito de este evento les comparto para ilustrar esta colaboración la imagen oficial que queda como registro de la asistencia de agentes culturales de 16 países, la mayoría de ellos, latinoamericanos. ¡Les saludo con mucho gusto y como siempre agradezco su lectura!

Gabriela Anguiano Zamudio. Gestora Cultural Mexicana. Bisexuala. Antipatriarcal. Amante de las plantas y de lxs michis. Sembradora. Me encuentras como gaviottaenvuelo en todas las redes.