Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. “Ya no quieres hacer nada, no te importa nada, pero tuve que seguir por mis tres muchachos”. Salvador Díaz perdió a su esposa aquella noche del 15 de septiembre de 2008, cuando sucedió el evento más trágico del que Morelia tenga memoria. Han pasado 17 años y Salvador sigue resistiéndose a creer que su compañera de vida por muchos años se fuera de esa manera, “nadie merece morir así”. “Ella era profesora, le gustaban mucho los desfiles, mucho los festejos patrios y siempre nos motivaba a hacer cosas, ahora es solo un seguir caminando por la vida un seguir luchando, al no tener ya tu pareja, qué puedes hacer, solo sacar adelante a tus hijos y hacerte fuerte”. Ella se llamaba Leticia Tapia Guerrero y enseñó muchas cosas buenas a su esposo y a sus hijos que ellos tratan de seguir practicando y guardando todos esos momentos. Salvador manifestó que Morelia se descompuso desde ese día y que ahora solo espera que no vuelva a pasar. La noche del 15 de septiembre de 2008 numerosas personas sufrieron el primer ataque terrorista en la historia reciente de México. Un grupo de hombres lanzó granadas en varios puntos donde la multitud estaba reunida para escuchar el grito del entonces gobernador Leonel Godoy Rangel, quien alcanzó a dar el Grito desde el balcón de Palacio de Gobierno. Oficialmente ocho personas perdieron la vida y 132 quedaron heridas, varias con una extremidad perdida y otros miles viven con el trauma de aquella noche que, por justicia y honra a las víctimas, nunca debe olvidarse.