Angélica Ayala / Colaboradora La Voz de Michoacán Pátzcuaro, Mich.- Para conmemorar los 101 años de la proclamación de la Virgen Inmaculada de la Salud como patrona de la Arquidiócesis de Morelia y la elevación de su colegiata a Basílica Mayor, al menos 250 sacerdotes llegaron a Pátzcuaro para acompañar a la imagen réplica de la Virgen en una peregrinación del templo del Sagrario a su Basílica; también la urna donde están los restos del Venerable Vasco de Quiroga, fue llevada en la procesión por los clérigos. En el breve recorrido las personas se esperaban a que pasara el contingente y se persignaban al ver la imagen de la Virgen de la Salud, atrás de ella le seguían los restos de Vasco de Quiroga, su urna fue adornada con flores, tanto los caballeros de la Virgen de la Salud, como los sacerdotes se turnaron para cargarlas. Al llegar a la entrada de la basílica, la gente la recibió con aplausos, así como a los padres quienes se instalaron en las bancas que ya estaban apartadas para ellos. ¡Oh Virgen Santa! / Madre de Dios / Sos la Esperanza del pecador/, es la canción con la que fue recibida la imagen y los sacerdotes al entrar al santuario Mariano; acto seguido el abad de la basílica el padre Abel Mora Escobedo ofreció un mensaje de bienvenida, “sean todos bienvenidos a esta casa santa la Basílica de Nuestra Señora de la Salud refugio maternal del alma, faro de esperanza y fuente de consuelo para tantos fieles que acuden con fe viva y corazón confiado”. La ceremonia religiosa, fue presidida por el Arzobispo Carlos Garfias Merlos, monseñor José Armando Álvarez Cano arzobispo coadjutor, Alberto Suárez Inda, cardenal; el obispo emérito, Octavio Villegas Aguilar, el rector Abel Mora, continúo con su discurro “como arquidiócesis realizamos hoy nuestra peregrinación en el marco del jubileo de los sacerdotes ustedes que han venido como peregrinos trayendo consigo no solo sus propias intenciones sino también las de sus comunidades, son un signo visible del amor pastoral que sigue alentando la vida en nuestra iglesia”. Al transcurrir la ceremonia con toda solemnidad, el arzobispo Carlos Garfias Merlos, durante la homilía expresó: “les agradezco su participación en esta festividad que como hermanos en el sacerdocio e hijos de María Inmaculada de la Salud venimos a expresarle nuestro amor y ponerle en sus manos nuestro ministerio como presbiterio de esta querida arquidiócesis de Morelia. “Como sacerdotes, como obispos, como cardenal, como hijos de esta arquidiócesis estamos ante esta imagen de María Inmaculada de la Salud, encanto, vida y corazón de nuestra arquidiócesis, por eso afirmaba el arzobispo Don José Ignacio Árciga es cierto que la arquidiócesis está en Morelia, pero su corazón está en Pátzcuaro”. Además, rememoró al primer obispo de Michoacán, Don Vasco de Quiroga, como quien mandó realizar la imagen con la técnica ancestral de los purépechas, además del profundo amor que le tenía a María de la Salud. Asimismo, llamó a los sacerdotes a tener un compromiso social, “sigamos unidos para que juntos hagamos para que el hombre y la mujer vivan en plenitud en sociedad teniendo afecto a los recursos que Dios nos dio y para que puedan vivir con la voluntad del amor de Dios. Sigamos anhelando que pronto el venerable Vasco de Quiroga esté en los altares, lo tengamos como modelo de santidad e intercesor de todo el pueblo michoacano, mexicano y del mundo”. Durante la comunión, se colocaron dos altares frente al altar principal, donde los sacerdotes se acercaban se hincaban y tomaban la hostia y el vino para comerlo, mientras que a la población en general se les impartió la comunión de manera tradicional. Para concluir la misa solemne, se consagraron a la Virgen María Inmaculada de la Salud. Acto seguido, se abrió el camarín de la Virgen de la Salud, por donde los eclesiásticos pasaron por debajo del manto de la virgen de Tata Vasco; después compartieron los alimentos en el salón principal de la Basílica.