La elección de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación -nuestro Poder Judicial- del pasado domingo 1 de junio, no ha dejado de general inquietudes, juicios y procesos judiciales en su contra que tiene como finalidad su anulación y aunque el Instituto Nacional Electoral, con todo y reconocer las flagrantes irregularidades y que únicamente acudió el 12 por ciento del padrón electoral a depositar su voto, validó la elección y entregó a varios aspirantes su constancia de candidato triunfador y dejó todo en manos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la decisión final. El diario El Universal -en su edición del sábado 21 del pasado junio- publicó entrevista realizada a la expresidenta del Instituto Nacional Electoral, María Marván Laborde. De esta entrevista presentaré algunos juicios y fragmentos y, al final, ofreceré mi personal opinión. Esta es mi opinión. De inicio, el Instituto Nacional Electoral ha tenido y tiene total secrecía sobre los cómputos totales de la elección del domingo 1° de junio pasado y, además, como se acordó no operar el programa de resultados electorales previos, no se computaron los votos en la casilla - nunca se sabrá qué cantidad - absoluta y relativa - canceló su voto en cada casilla, en cada distrito y en todo el país. (Los términos “Fuera del cuadrante” utilizado por la señora Taddei para sustituir a los votos anulados, no significan absolutamente nada, salvo que estuvieron “¿fuera del cuadrante”?) -- y sí, en la cabecera del distrito municipal y/o electoral; además, no se publicó fuera de la casilla el total de votos recibidos y su distribución para cada candidato a los diferentes puestos judiciales – ciertamente era un volumen de trabajo para el que no tenían personal en ninguna de las casillas ni de las juntas distritales y/o municipales, fue muy engorroso realizarlo, partiendo del hecho de que no existía presupuesto ni municipal, ni estatal ni federal, no se realizó… Fue una elección entre amigos, entre cuates. Afirma la señora Marván: Lo que tenemos es una falta de división de poderes, con lo cual México no puede considerarse ya una democracia. En la primera parte de su juicio coincido con ella. Sí como una democracia, pero esquemáticamente: funcionan los tres poderes – Ejecutivo, en manos de una mujer electa, candidata del partido-movimiento MORENA -, Legislativo, - sobre representado en y con mayoría calificada en ambas H. Cámaras por el partido MORENA – y Judicial con, hasta el momento, mayoría de los 9 ministros, inclinada a favor de MORENA,- ; se realizan elecciones periódicas y los ciudadanos acuden a votar, funcionan los partidos, pero… no operan los mecanismos de la teoría Republicana de Los Pesos y Contrapesos del juego de poderes y esto se hará más evidente a partir del primero de septiembre, salvo que el Tribunal Electoral Federal diga otra cosa…¡Lo que sería algo histórico e inesperado! Pudiera ser que el Ministro de la Corte Alberto Pérez Dayán haya tenido razón al afirmar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la detendría anulándola y/o en las negociaciones – que están por definirse fechas del T-MEC…lo anterior es cuando se difundió que, antes de la decisiva votación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación definiría el destino de la Reforma Judicial, el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, acompañado del negociador y senador de la República, Adán Augusto López Hernández, visitó palacio nacional a entrevistarse con el titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Hernández. Su voto fue en contra de la reforma judicial. Lo que sigue debe ser derogar esta reforma. (Estoy de acuerdo con ella… ¡Se puede soñar!). La decisión está en el Tribunal y/o en la firmeza de las posiciones de los otros dos socios del T- MEC. No tengo ninguna esperanza en que se derogue, pero no hay una manera racional de elegir un Poder Judicial en donde realmente podamos todos los mexicanos, votar por todos los jueces que, en algún momento dado, podríamos tratar con ellos. (Total coincidencia). (Los ministros, magistrados y jueces elegidos por voto popular) No tienen ninguna legitimidad. Creo que esta elección fue un error. La reforma Constitucional fue un error. (Pues sí, se fue en error en error hasta llegar a esta situación risible, dramática y hasta trágica). El proceso electoral estuvo mal ejecutado desde el principio, hasta el final. (Coincido con ella). Las autoridades electorales, tanto el INE como el Tribunal, Fueron complacientes en todo lo que la Presidencia quería y deseaba. (Situación que fue y es ejemplo de carencia de autonomía y sí servilismo). El colmo fue la eficacia de los acordeones repartidos por el gobierno, que son idénticos a quienes ganaron los puestos de la supuesta elección popular. Si de pruebas quiere y se trata...ahí están…todo el mundo lo sabe y las imágenes se difundieron por todo el mundo. Lo de los acordeones fue un plan llevado a cabo con una organización precisa, detallada, área por área, nivel por nivel, región por región, distrito por distrito y municipios por municipio: sabían lo que querían y a quién querían… ¿qué o quién se los impediría? Encima, además, la bajísima participación, pues, no puede legitimar el proceso…Coincido con ella. Es cierto, es una decisión de cada quien ir o no a votar, pero el no haber sido capaces de despertar interés por esta elección, pues, ya no podría decir algo de la elección misma. Creo que lo que hay que hacer es derogar esta reforma; QUE LOS JUECES NO SE DEBEN ELEGIR. Todos los jueces que quedaron son Morena, con lo que desaparece la división de poderes y la presidenta Sheinbaum va a tener todo el control total. Hay que subrayar la palabra total, totalitarismo viene de total, sobre el Poder Judicial y ya lo tenía sobre el poder Ejecutivo, por derecho, pero ya lo tenía, también, sobre el Poder Legislativo, entonces, lo que tenemos sin duda es una falta de división de poderes, con lo cual México no puede considerarse ya una democracia. Todo en un Poder: El Poder Ejecutivo.