Desde la cocina de autor, de manos de reconocidos chefs michoacanos, hasta los inmejorables platillos elaborados por las maestras cocineras, en Michoacán uno de nuestros orgullos es la cocina tradicional, reconocida por la UNESCO, como Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Teniendo como base ingredientes locales como el maíz, frijol, chile y otros cultivos de milpa, así como productos de la pesca y la caza, nuestra cocina es un modelo cultural integral que reúne rituales, constumbres y prácticas culinarias ancestrales, transmitidas de generación en generación, especialmente en los pueblos purépechas. Cinco de sus platillos emblemáticos son: Corundas Foto: Facebook Las también conocidas como “estrellas purépechas” son un tamal hecho con masa de maíz blanco, mezclada y batida con manteca de cerdo, agua y sal, de tres o de cinco picos, que se envuelve en hojas de caña de maíz. Lo que la hace tan especial es su forma triangular. La típica “khurunda” elaborada en la Cañada de los once pueblos, es cocida en cenizas; aunque ahora, se consume también bañada en salsa verde o roja, rellena de queso, carne, rajas o vegetales. Las corundas más ricas se encuentran en Quiroga. Sopa tarasca Esta sopa caliente que tiene como base el frijol, tiene su origen en Pátzcuaro, en 1966. Durante la inauguración de la Hostería San Felipe, su dueño el señor Felipe Oseguera junto con su hermana Luz crearon este platillo único para ofrecer a los comensales. La “sopa tarasca” como la llamaron, se hizo famosa entre las caravanas estadounidenses de trailers que acampaban por la zona, lo que hizo que se convirtiera en la atracción del lugar; tanto que varias revistas internacionales publicaron artículos sobre la sopa tarasca que, se convirtió en uno de los platillos más representativos de la cocina michoacana. Churipo De raices ancestrales en la cultura purépecha, se dice que este platillo fue preparado en agradecimiento a José María Morelos. Hoy, este caldo, parecido al mole de olla, se prepara en las fiestas más importantes en todos los pueblos michoacanos, bodas, bautizos o cumpleaños. Su base es un caldo de chile huajillo, con carne de res o de cerdo y verduras como zanahoria o col, además de acompañarse con corundas. Enchiladas morelianas Aunque en cada estado de la República se tiene un versión distinta de las enchiladas, aquí en Michoacán las más ricas son las “placeras” o “morelianas”, que se distinguen porque la tortilla se pasa por una salsa de chile huajillo, para después freírse. Rellenas de papa y zanahoria y bañadas de crema y queso, las mejores enchiladas morelianas se pueden encontrar en la plaza de San Agustín. Carnitas michoacanas Foto: Twitter. Un buen taco de carnitas… ¡sólo en Michoacán! De origen criollo, su historia se remonta a la época de la conquista, cuando el cerdo fue introducido por los españoles al continente. Quiroga y Santa Clara del Cobre fueron pioneras en la preparación de este platillo, utilizando grandes cazos de cobre para cocer la carne de cerdo en su propia manteca, acompañada de tortillas, salsas y chiles en vinagre; en Morelia el lugar para comer un buen taco de carnitas sin duda es Don Raúl.